¿Te apetece un plato de los de verdad, de los de cuchara? Con la receta de callos con garbanzos de la abuela, un clásico que no falla y que te hará sentir como si estuvieras en casa. Si buscas recetas caseras de toda la vida, esta es la tuya. No te asustes por el nombre, que es más fácil de lo que parece, y el resultado es de los que quitan el sentido. ¿Listo/a para este planazo?
¿Qué necesito para preparar la receta de callos con garbanzos de la abuela? Ingredientes
- 1 kg de callos de ternera (limpios y cortados)
- 400 g de garbanzos cocidos
- 1 cebolla grande
- 2 dientes de ajo
- 1 chorizo (Si buscas calidad prueba el de Castro y González o de González)
- 1 trozo de morcilla
- 100 g de jamón serrano en taquitos
- 1 pimiento choricero (o 1 cucharada de pulpa)
- 1 hoja de laurel
- 1 cucharada de pimentón dulce
- Media cucharadita de comino molido
- Sal y pimienta negra de Carmencita al gusto
- Aceite de oliva virgen extra de Castillo de Canena, Aceites Elizondo o Finca La Torre
¿Cómo hacer la receta de callos con garbanzos de la abuela? Preparación paso a paso
- Cuece los callos: Pon los callos en una olla con agua fría, la hoja de laurel y sal. Cocínalos a fuego medio-alto. Si usas olla a presión, en unos 25-30 minutos estarán tiernos. Si no, necesitarás un par de horas a fuego lento.
- Prepara el sofrito: Mientras se hacen los callos, pica la cebolla y los ajos. En una sartén con un buen chorro de aceite, sofríelos hasta que la cebolla esté blandita y transparente.
- Añade el sabor: Cuando el sofrito esté listo, echa el pimentón, el comino, el chorizo y el jamón. Remueve bien durante un par de minutos para que se mezclen los sabores.
- Junta todo: Incorpora el sofrito y los garbanzos a la olla de los callos. Si no has usado pimiento choricero, es el momento de añadir la pulpa.
- Dale su tiempo: Deja que todo cueza junto a fuego bajo durante unos 20-30 minutos más. Así, los garbanzos se empapan de todos los sabores. A los últimos 5 minutos, echa la morcilla para que no se deshaga. Rectifica de sal y pimienta.
- A la mesa: Sirve bien caliente en cuencos hondos y, si te apetece, con un poco de pan para mojar. ¡A disfrutar!
Posibles variaciones para la receta de callos con garbanzos de la abuela
Si ya te has animado con la receta de callos con garbanzos de la abuela, es hora de que subas de nivel. Un plato tan top como este se merece que le des tu toque personal. Porque sí, las recetas caseras de toda la vida son la base, pero el arte está en tunearlas a tu rollo. Con unos pequeños cambios, puedes conseguir un plato con un sabor totalmente diferente y adaptado a tus gustos:
Versión con más carne
Para los que no le tienen miedo a nada, puedes hacer que este plato sea todavía más contundente. Añade unos trozos de butifarra, un par de huesos de jamón extra o incluso un poco de panceta curada. Estos ingredientes soltarán su grasa y su sabor lentamente, haciendo que el caldo sea una auténtica delicia y el plato, una bomba de sabor.
Con un toque picantón
Si te mola el rollo picante, dale un toque de alegría a tus callos. Puedes añadir una guindilla cayena en el sofrito o, si quieres algo más sutil, un chorrito de salsa picante al final. El picante le da un puntazo que contrasta genial con la melosidad del plato y te hará entrar en calor al instante.
Al estilo andaluz
Aunque esta receta es un clásico del centro de España, puedes darle un aire del sur. Al final de la cocción, añade unas hojas de hierbabuena fresca. Este ingrediente brinda un aroma y un frescor que lo hacen más ligero y aromático. Es un cambio que parece pequeño, pero que sorprende a todo el mundo.
Consejos y trucos para preparar la receta de callos con garbanzos de la abuela
Hacer callos no es solo seguir los pasos, hay pequeños detalles que marcan la diferencia. Si quieres que la receta de callos con garbanzos de la abuela te quede de vicio, apunta estos trucos de cocinero veterano:
- Paciencia con el sofrito: Tómate tu tiempo al pochar la cebolla y el ajo. Un sofrito bien hecho es la base de todo y te asegurará un sabor espectacular desde el principio.
- El fuego lento es tu amigo: No tengas prisa. Esta es una de esas recetas caseras de toda la vida que mejora a fuego bajo. Deja que los ingredientes se cocinen lentamente para que los sabores se integren.
- Ojo con la sal: El chorizo, el jamón y la morcilla ya tienen sal. Es mejor que añadas sal al final, una vez que el plato haya reposado y los sabores se hayan asentado. Así no te pasarás.
- La magia del reposo: Los callos, como muchos guisos, están más ricos al día siguiente. Si puedes, prepáralos con antelación y déjalos reposar. Los sabores se asientan y la textura mejora.
- Da una buena limpieza a los callos: Antes de empezar, lava los callos con agua fría y un chorrito de vinagre. Después, escáldalos en agua hirviendo y vuélvelos a lavar. Esto es clave para que no te queden con un sabor raro.
¿Con qué acompañar esta receta de callos con garbanzos de la abuela? Ideas de maridaje
Un plato tan potente como esta receta de callos con garbanzos de la abuela necesita un compañero de fatigas a la altura. Olvídate de la bebida de siempre y atrévete a maridarlos con algo que dé un toque especial. Aquí están unas ideas para que el plan sea redondo:
Vino tinto
Para un guiso tan contundente, lo ideal es un vino tinto joven, sin mucho cuerpo, pero con acidez. Un tempranillo (como estos La Felisa, Abadía Retuerta Selección Especial o Sardón) o un garnacha (como un La Provincia de Prieto Pariente, Marqués de Murrieta Reserva o Manga del Brujo) van de lujo. La acidez del vino corta con la grasa del chorizo y los callos, limpiando la boca y haciendo que el siguiente bocado sepa a gloria.
Vermut
Un vermut rojo Rivera, bien fresquito y con una rodaja de naranja, es un puntazo para acompañar los callos. Los toques amargos y herbáceos del vermut contrastan de forma increíble con los sabores especiados del plato. Es una combinación de las de antes, muy castiza y sorprendentemente buena.
Cerveza
Si no eres muy de vino, una cerveza es la opción ganadora. Pero no vale cualquiera. Elige una cerveza tostada tipo red ale, como la 1906 Galician Irish Red Ale u O’Hara’s Irish Red, o una lager con cuerpo como tu Estrella Galicia de toda la vida, o una Budejovicky Budvar o Basqueland Santa Clara Lager. El amargor y el gas de la cerveza limpian el paladar y te preparan para el siguiente bocado, haciendo que la experiencia sea más ligera y refrescante.
Esta receta de callos con garbanzos de la abuela es un plato contundente y lleno de sabor. Es de esas recetas caseras de toda la vida que te reconcilian con el mundo. No hay nada como un plato de estos para entrar en calor o para celebrar un día especial. Ahora ya no tienes excusa para no hacerlos. Y créeme, una vez los pruebes, ¡no podrás parar!
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