Currimar: Mujeres visionarias y emprendedoras que convierten los sabores de la costa de Lugo en conservas

Ocurrió en el año 2011 en Xove, un pequeño pueblo de pescadores bañado por el Atlántico, donde Nieves, Placer y Nuria, tres amigas que compartían las mismas inquietudes, decidieron reinventarse fundando Currimar, un obrador conformado por mujeres donde se preparan conservas gourmet de bonito, pulpo, ostra y otros excepcionales productos, inspiradas en la forma tradicional de prepararlos y las recetas con ingredientes locales.

Desde el principio, estaban convencidas de que querían hacer algo más que un simple negocio que les generase ingresos; querían construir algo con un propósito mayor, que rindiera homenaje a sus tierras y a su gente. Por eso, buscaron en la comunidad de Xove y sus alrededores todos los servicios y asistencia que necesitaban para crear su negocio, desde los ingredientes hasta los pescadores de sus puertos.

Ubicadas en el corazón de la comarca de A Mariña Occidental, las tres amigas comenzaron a hacer pruebas desde sus casas, con Nieves y Nuria en la cocina y Placer enfocada en las ventas. “Hay que estar un poco locas para meternos en un sector como el de la conserva, tan dirigido por las grandes conserveras. Especialmente en Galicia. Pero creíamos que podíamos entregar algo diferente.”

Con la llegada de la temporada de bonito en julio, el pueblo entero se vio envuelto en un torbellino de actividad, mientras las mujeres de Currimar trabajaban arduamente para capturar la esencia de la costa en cada tarro, sabiendo que estaban escribiendo su propia historia de valentía y superación.

Decididas a respetar los ciclos de la naturaleza, las tres amigas trabajaron únicamente con productos de temporada. Después de la temporada del bonito, buscaron un nuevo reto y concluyeron que no había producto que representara más a su origen gallego que el pulpo. Colaboraron entonces con la flota artesanal gallega que tenía certificado con la marca PescadeRías, para ofrecer un producto auténtico y de calidad.

Conmovidas por su orgullo de ser mujeres, quisieron realzar el valor y prestigio de las capacidades femeninas, aliándose con las mariscadoras, quienes se enfrentan a condiciones laborales precarias, limitaciones económicas y falta de reconocimiento. Así, lanzaron juntas el siguiente éxito de Currimar: las ostras al natural conservadas en agua de mar depurada y las ostras en escabeche cítrico.

Un día, una amiga de las fundadoras las empujó a dar el siguiente paso e ir con sus productos a una tienda coherente con la calidad que tenían: El Club Gourmet de El Corte Inglés.

“Como miedo es una palabra que no dejamos entrar en la nave, pues nos fuimos con unos botes y concertamos una entrevista en el Club Gourmet de El Corte Inglés. No hubo mucho que hacer para convencerles, bastó con que probaran el producto.”

Tras superar los retos logísticos y documentativos de un pequeño negocio, el Club Gourmet les lanzó un nuevo desafío: hacer un Marmitako de bonito, el guiso de pescado que tradicionalmente comían los pescadores del Cantábrico. Los platos preparados de Currimar se convirtieron en la alternativa con el sabor real y la textura casera para aquellos que les gusta comer bien y que no tienen tiempo.

Hoy, las Mujeres de Currimar siguen repartiendo por el mundo el aroma de sus conservas, sabiendo que su mejor indicador de calidad son los comentarios y fidelidad de sus primeros clientes.

Desde su rincón en Xove, con cada conserva vendida Las Mujeres de Curricán apoyan a la comunidad conservera femenina e impulsan a los pequeños negocios de los pueblos gallegos costeros con retos de despoblación. Apoya el proyecto de Nieves, Placer y Pilar y a los pequeños pescadores ubicados en zonas en riesgo de despoblación que trabajan para traer productos de calidad y propósito a tu mesa.