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Maridaje: qué es y todo lo que necesitas saber

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Maridaje

Maridaje: qué es y todo lo que necesitas saber

El maridaje, esa palabra que escuchas con frecuencia en los rincones de bodegas y restaurantes y en las fichas de muchos de nuestros productos, es mucho más que una simple combinación de comida y bebida. Se trata de un arte, una ciencia y, sobre todo, una forma de realzar tanto los platos como las bebidas que los acompañan. ¿Quieres saber qué es exactamente maridad, qué tipos de maridaje hay, con qué se puede maridar y cómo conseguir el maridaje perfecto? Te lo contamos.

¿Qué es el maridaje en gastronomía?

El significado de maridaje en cocina se refiere al proceso de combinar alimentos con bebidas concretas, intentando que ambos complementen y potencien sus sabores, aromas y texturas. Al maridar, buscamos crear una experiencia culinaria más rica y completa, donde la idea es que el sabor de cada componente se vea mejorado por el otro.

Tradicionalmente el maridaje se ha asociado con el vino, pero ha evolucionado para incluir toda una variedad de bebidas, incluyendo cervezas, licores y hasta café o . Así, una vez comprendes qué es y para qué sirve el maridaje, los límites los pones tú.

¿Qué tipos de maridaje hay?

El mundo del maridaje realmente es amplio y variado, con numerosas técnicas y enfoques que pueden adaptarse a diferentes gustos y ocasiones. ¿Cuáles son los principales tipos de maridaje? Veámoslo. 

Maridaje por congruencia

El maridaje por congruencia se basa en combinar alimentos y bebidas que comparten elementos aromáticos y gustativos similares, buscando la armonía a través de sabores que se complementan. Por ejemplo, un chocolate amargo puede maridar perfectamente con un vino tinto que tenga notas de cacao. 

NOTA: en esta técnica es importante ser sutil al seleccionar la combinación para que se resalten las cualidades de cada elemento.

Maridaje por contraste

A diferencia del maridaje por congruencia, el maridaje por contraste busca unir elementos que son opuestos, pero que juntos crean un equilibrio interesante. Un ejemplo clásico sería combinar un queso azul, de sabor potente y salado, con un vino dulce y afrutado. Así, con esta técnica de maridaje conseguimos que el paladar experimente agradables contrastes y tensión entre sabores que, aunque se oponen, juntos crean una experiencia única.

Maridaje regional

Este tipo de maridaje se enfoca en combinar alimentos y bebidas originarias de una misma región geográfica, bajo la premisa de que «lo que crece junto, va bien junto». Un ejemplo sería un plato de paella acompañado de un vino blanco de la región de Valencia y otro, un plato de pulpo a la gallega acompañado de un vino gallego, como un Albariño de las Rías Baixas.

Así, en el maridaje regional, no solo se tienen en cuenta los sabores, sino que también importan la cultura y las tradiciones culinarias de cada región, dando importancia a la conexión cultural de elementos.

¿Con qué se puede maridar?

El mundo del maridaje ofrece un sinfín de posibilidades. Así puedes maridar con una amplia variedad de bebidas, aportando cada una de ellas un carácter único al plato con el que se combina, como hemos visto hasta ahora. A continuación, te desvelamos algunas de las más habituales.

Maridaje con vino

El vino es, sin duda, la bebida más asociada al maridaje. La diversidad de vinos disponibles, desde tintos robustos hasta blancos ligeros y espumosos, nos ofrece un abanico de posibilidades para combinar con diferentes alimentos, desde carnes rojas hasta pescados y mariscos, pasando por verduras de calidad exquisita.

Así, la elección del vino adecuado puede transformar una comida simple en una completa celebración de sabores.

Maridaje con cerveza

La cerveza también es una excelente compañera para muchos platos. Sus variados estilos, desde lagers suaves hasta ales intensas y stouts, permiten maridajes que pueden sorprender, como una stout con ostras o una IPA con curry picante.

La versatilidad de la cerveza en el maridaje abre un mundo de posibilidades para explorar sabores complejos y satisfactorios.

Maridaje con otros destilados

Más allá del vino y la cerveza, otros espirituosos, como el whisky, el ron o el tequila, también ofrecen interesantes posibilidades de maridaje, especialmente con platos que puedan igualar su intensidad y riqueza de sabores. De esta forma, estos destilados, que se suelen disfrutar solos, pueden ser sorprendentes acompañantes para alimentos especiados o ahumados, ofreciendo una experiencia robusta y envolvente.

¿Cómo es el maridaje perfecto?

El maridaje perfecto es aquel que logra un equilibrio entre la bebida y el alimento, donde ninguno sobrepasa al otro, sino que ambos se realzan mutuamente. Esto es fundamental, porque si no conseguimos este equilibrio, simplemente estamos disfrutando de un alimento que nos gusta y una bebida que nos gusta, pero un sabor puede enterrar al otro. 

Imagina un vino muy intenso acompañando un plato de pasta con salsa de sabor suave… Solo notarías el sabor del vino y te daría lo mismo estar tomando pasta que arroz con esa salsa que no puedes saborear.

Este equilibrio puede lograrse mediante la experimentación y la consideración de las características principales de cada elemento del maridaje. Encontrarlo es, a menudo, un proceso de prueba y error, pero el resultado final te encantará.

¿Cómo se hace un buen maridaje? Consejos prácticos

Ahora que ya sabes qué es maridar, qué tipos hay y cómo es el maridaje perfecto, toca adentrarnos en el quid de la cuestión: ¿cómo hacer un buen maridaje? Para conseguirlo, ten en cuenta los siguientes consejos prácticos:

  1. Considera la intensidad de los sabores: asegúrate de que el peso y la intensidad de tu bebida estén en línea con los de tu plato. Recuerda que la intensidad es clave para que no se sobrepase el sabor de uno sobre el otro, manteniendo una experiencia gastronómica equilibrada y placentera.
  2. Busca el equilibrio entre los sabores básicos: contrasta y complementa los sabores básicos (dulce, salado, ácido, amargo) entre la comida y la bebida. Este equilibrio es esencial para que la bebida no solo acompañe, sino que también realce los sabores del plato.
  3. Experimenta: no temas probar combinaciones nuevas e inusuales, ya que el maridaje perfecto a menudo surge de la experimentación. Atrévete a explorar más allá de las combinaciones tradicionales para descubrir maridajes únicos y sorprendentes.

 

Como ves, el maridaje no es solo una técnica culinaria, sino una invitación a explorar y disfrutar de la gastronomía de manera más profunda y satisfactoria. Ya sea en una cena especial, un evento o simplemente una comida diaria, un buen maridaje puede transformar completamente tu experiencia, convirtiéndola en una aventura sensorial única. Con esto claro, ahora te toca probar a ti. 

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