
Pollo al ajillo: la receta fácil y rápida que estás tardando en cocinar
Si eres de los que les gusto mucho el pollo y no tienen ni tiempo ni ganas de complicarse la vida en la cocina, estás de suerte. Prueba esta receta de pollo al ajillo, esa maravilla que te soluciona una comida o una cena fácilmente y que está para chuparse los dedos. Con esta preparación superfácil y rápida, vas a sorprender a todos. ¡Dale caña y no te quedes con las ganas de probarla!
¿Qué necesitas para preparar la receta de pollo al ajillo? Ingredientes
- 1 kg de muslos o contramuslos de pollo (o la parte que más te guste)
- 6-8 dientes de ajo
- Aceite de oliva virgen extra de Castillo de Canena, Aceites Elizondo o Finca La Torre
- 100 ml de vino blanco (Prueba un Habla de ti, Sanclodio o Ponte da Boga Godello “O”)
- Perejil fresco picado
- Sal y pimienta negra de Carmencita al gusto
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¿Cómo elaborar la receta de pollo al ajillo? Preparación paso a paso
- Salpimentar y dorar el pollo: Echa sal y pimienta al pollo. Calienta un buen chorro de aceite en una sartén grande. Cuando esté caliente, mete el pollo y dóralo bien por todos lados hasta que quede crujiente y con un color top.
- Añadir el ajo: Retira el pollo de la sartén y, en el mismo aceite, pon los ajos laminados o troceados. Cocínalos a fuego bajo para que no se quemen. La idea es que suelten todo su sabor.
- Vino y cocción: Devuelve el pollo a la sartén. Sube el fuego y añade el vino blanco. Deja que el alcohol se evapore un par de minutos. Luego, baja el fuego, tapa la sartén y deja que se cocine unos 15-20 minutos. Si ves que se queda seco, puedes añadir un chorrito de agua o caldo de pollo.
- Toque final: Justo antes de servir, espolvorea el perejil fresco picado por encima.
Consejos y trucos para preparar pollo al ajillo con esta receta
Ya tienes la receta de pollo al ajillo controlada, pero si quieres que te quede de nivel pro, aquí tienes unos truquitos que te van a ser muy útiles. No es solo seguir los pasos, sino darle ese puntillo que lo convierte en un plato de 10. Para que tu pollo al ajillo no solo esté bueno, sigue estos tips:
- El aceite es clave: No escatimes con el aceite de oliva. Es el que da la base de sabor a todo. Usa uno de buena calidad, como los recomendados anteriormente, ya verás cómo se nota la diferencia.
- Ajo sin prisas: Los ajos se queman en un segundo y amargan. Cocínalos a fuego bajo y con paciencia hasta que estén doraditos y suelten su aroma. ¡Paciencia, que es la madre de la ciencia (y del sabor)!
- El pollo, bien seco: Antes de ponerlo en la sartén, seca bien los trozos de pollo con papel de cocina. Así se doran mejor y no se “cuecen” en su propio jugo.
- No te cortes con el vino: El vino blanco es lo que aporta ese toque especial a la salsa. Usa uno que te beberías, no uno de esos que tienes para cocinar que no te gusta ni a ti. El sabor se nota.
¿Con qué acompañar esta receta de pollo al ajillo? Ideas de maridaje
Un plato tan top como el pollo al ajillo con esta receta se merece un acompañante a su altura. Y no solo unas patatas fritas, sino de la bebida perfecta para potenciar cada bocado. Si eres de los que les gusta un buen maridaje, aquí te dejo unas ideas que se salen de lo normal:
Vinos para todos los gustos
Si te mola el rollo más clásico, lo ideal es un vino blanco. Pero en vez del típico, prueba con un Verdejo como el Palacio de Bornos o Limousin bien fresquito, que con su toque afrutado y cítrico va de lujo con el ajo y el perejil. Si eres más de vino tinto, un Garnacha joven y con cuerpo como el Bozeto de Exopto o Viña Tondonia Reserva, son opciones brutales. Su sabor a frutos rojos y especias no choca con el sabor del ajo y la salsa.
Cervezas que sorprenden
Si eres más cervecero, olvídate de la rubia de siempre. Una IPA (India Pale Ale) con su amargor y notas cítricas puede crear un contraste muy guay con el sabor intenso del ajo. Prueba opciones como la Domus Aurea, Brewdog Wingman o Basqueland El Camino. Si prefieres algo más ligero, una lager de calidad, como la Basqueland Santa Clara, Estrella Galicia Sin Gluten o 1906 Reserva Especial son apuestas seguras para refrescar el paladar entre bocado y bocado.
Bebidas sin alcohol que molan
¿Pasas del alcohol? No problem. Una buena limonada casera hecha con agua, limón y con un toque de jengibre te va a flipar. Su acidez y el picantito del jengibre limpian el paladar y te preparan para el siguiente bocado. Otra opción top es un zumo frío, que con su sabor frutal y sutil puede ser un contrapunto inesperado y delicioso al sabor intenso de la receta de pollo al ajillo. ¡A probar!
Ahora ya tenéis un plato que triunfa siempre. El pollo al ajillo es una receta clásica que nunca falla. Resulta perfecto para un día a día ajetreado o cuando te apetece algo rico sin currártelo mucho. Acompáñalo con unas patatas fritas, un buen pan para mojar la salsita, y a disfrutar.
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